Entrevista a Manuel Sánchez Chamorro

Hace pocas fechas, dábamos en EL TORREJÓN la noticia de la aparición del nuevo libro de nuestro paisano Manuel Sánchez Chamorro, El libro vampiro y otras monstruosidades, publicado por la editorial sevillana Espuela de Plata. Ahora completamos tal información con la siguiente entrevista que Manolo ha tenido a bien concedernos, y que consideramos sumamente interesante para nuestros lectores, sobre todo ante la próxima presentación de su último libro en nuestro pueblo, durante las inminentes fechas veraniegas:

 

 

1.- Manolo, tú has publicado hasta el momento varios libros de poesía, una novela y dos libros de relatos fantásticos y de terror. ¿En cuál de estos géneros literarios te encuentras más “cómodo” como escritor?

 

Sin duda, me encuentro más “cómodo” escribiendo relatos cortos de terror y de humor negro, al menos es lo que más me gusta en la actualidad. Está claro que lo paso bien escribiéndolos, buscando sus claves literarias, sus matices, dibujando y perfilando lo mejor posible sus situaciones y personajes. Poesía hace ya bastante tiempo que no escribo (salvo algún que otro poema suelto) y, por otra parte, creo que nadie puede sentirse precisamente “cómodo” escribiéndola, ésa no es la palabra más adecuada. La poesía es lo más grande: nada vale lo que vale conseguir componer un buen poema. En cuanto a la novela, la verdad es que es uno de mis grandes retos: escribir “en serio” una novela, ya sea de terror, fantástica, realista… da igual. El crimen del Huéznar es en realidad una novela corta, y de encargo, aunque me encuentro muy satisfecho de ella, y de la repercusión que ha tenido, y estoy muy agradecido a la Diputación de Sevilla por haberme “obligado” a escribirla. Pero sí, escribir una buena novela es uno de los grandes retos que tengo para un futuro inmediato.

 

2.- Tú naciste en San Nicolás del Puerto, nuestro pueblo, y desde siempre has mantenido una intensa relación con él. El hecho de nacer y de vivir en una localidad como la nuestra, ¿ha influido en tu trayectoria como escritor y en tus obras?

 

Ha influido mucho, tal vez demasiado. En prácticamente todos mis libros hay alguna reminiscencia, más o menos fuerte, de San Nicolás del Puerto, de su entorno rural, o de su historia y sus leyendas, o de sus costumbres, o de sus paisajes y de su naturaleza. Concretamente, en esta última obra, El libro vampiro, hay relatos que se desarrollan en la Sierra Norte, y algunos de ellos en San Nicolás, aunque no se señale explícitamente en los textos: es lo que ocurre, por ejemplo, con el relato titulado La tentación, o también con Las cenizas. No hay que olvidar tampoco que muchos de esos relatos fueron escritos en San Nicolás, a instancias de amigos y para su publicación en revistas maruchas, como la revista anual de la Semana Cultural. Sí, mi relación con San Nicolás, personal y literariamente, ha sido siempre muy intensa, y lo seguirá siendo. Y estoy muy orgulloso de ello. 

 

3.- Personal e íntimamente, ¿qué significa para ti la literatura? ¿Te consideras un escritor “profesional”?

 

En absoluto: no soy un escritor profesional, y no solamente porque es prácticamente imposible (salvo muy pocas excepciones, y cualquiera sabe a qué precio) vivir de la creación literaria, depender económicamente de ella, sino porque mi propia manera de ser, mi propio talante personal, me lo impide: no tengo apenas disciplina, y mi manera de trabajar y escribir es bastante anárquica… A mi edad, esto ya no hay manera de cambiarlo. Sin embargo, la literatura para mí lo es todo: nada es comparable a la sensación de que has atrapado, quién sabe cómo y en dónde, una buena idea para un relato, o las líneas esenciales de un poema… y te pones a escribir, a desarrollar esa idea o esas líneas básicas, embrionarias, en el ordenador o en un papel. Eso no tiene precio. Por otra parte, está la lectura, fundamental para la formación del escritor. El escritor ha de tener “hambre” de lectura. Para mí, leer es un acto absolutamente necesario, físico e imprescindible para la subsistencia, como respirar o alimentarse. Ya Borges se jactaba de los libros que había leído, y no de los que había escrito. 

 

4.- ¿Cuáles son los nombres de los escritores que crees que han influido más en tu manera de escribir y de enfocar y desarrollar tu estilo literario?

 

Uf, un montón. Yo he sido (y soy) un gran lector de los clásicos del terror y el género fantástico, desde, por ejemplo, Allan Poe o Lovecraft a Stephen King o Susan Hill. Pero mis “intereses” como lector van mucho más allá: los clásicos de todos los tiempos, la literatura realista, los autores más contemporáneos… También he de agradecer la precisión, la profundidad y la concisión estilística que proporciona el hecho de escribir y leer poesía. Y en cuanto a los escritores en lengua española… la verdad es que podría proporcionarte nombres de escritores en español que creo han influido mucho en mi escritura y que te sorprenderían. Desde el gran Borges al no menos grande Francisco Umbral, por ejemplo. Creo que lo mejor es decir que soy bastante ecléctico en lo que se refiere a influencias y gustos literarios.

 

5.- Manolo, como sabes, hay un vivo debate socio-cultural sobre la irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo del libro y de la literatura. De hecho, tú mismo abordas de algún modo esa problemática en uno de los relatos contenidos en El libro vampiro (el cuento titulado El libro agitado). ¿Cómo ves el futuro del libro en papel, convencional, ante el avance de los libros electrónicos, Internet, etc.?

 

Creo que el libro en papel subsistirá, siempre habrá buenos lectores del libro en papel, bibliófilos y bibliómanos… como quedan amantes del disco en vinilo, que ha conseguido subsistir y que incluso podríamos decir que tiene más futuro que el CD, por ejemplo, que ya está prácticamente muerto. Pero las nuevas generaciones (gente que ahora está en la infancia, o incluso en la adolescencia, y lo que queda por llegar) inevitablemente se decantarán por los formatos electrónicos. Yo, naturalmente, por edad y por formación, no puedo vivir sin el libro en papel, pero eso no me impide apreciar las evidentes ventajas de las nuevas tecnologías, como tampoco me impide reconocer las desventajas el libro convencional: ocupa demasiado espacio, envejece, pesa (todo el mundo sabe, por ejemplo, lo que pesa una maleta llena de libros), generalmente está hecho de papel, de celulosa (es decir de árboles), y eso le proporciona un cariz anti-ecológico, “políticamente incorrecto”… y tantas otras cosas. Pero, de todos modos y de una manera u otra, siempre subsistirá.

 

6.- Otra pregunta relacionada con la anterior: ¿crees que tu lenguaje literario, tu propio estilo creativo, se ha visto de algún modo alterado por las nuevas tecnologías? En otras palabras: para ti, ¿es lo mismo escribir a mano, con una simple pluma o bolígrafo, que escribir en las teclas de un ordenador, de una tablet o de un smartphone?

 

Yo, por edad, me he ido formando como escritor escribiendo a mano y en las viejas y entrañables Olivetti. Aún recuerdo el tableteo, casi de ametralladora, de sus teclas, o la manera de sacar copias mecanografiadas mediante el uso de aquel “papel carbón”, tan sucio y chapucero si lo comparamos con las enormes ventajas de las modernas impresoras informáticas. Generalmente, escribía mis textos a mano, y después los pasaba a limpio en la máquina de escribir, con mucho cuidado de no cometer errores, ya que (quizá habrá ya que recordarlo), cualquier fallo más o menos importante en la mecanografía te obligaba a repetir el texto completo en un nuevo folio. No era como ahora, que puedes borrar errores, intercalar párrafos completos, copiar, mover, paginar, hacer prácticamente de todo con la simple presión de una tecla o del ratón del ordenador. Y claro, quieras o no, todo esto creo que ha influido en mi manera de escribir: la simple velocidad de redacción que tienes en un ordenador, tan diferente a la lentitud de un texto compuesto a mano, creo que influye a la larga en tu estilo literario, aunque sea de manera inconsciente.

 

7.- Uno de los géneros narrativos que más auge están alcanzando últimamente, y quizá precisamente a causa la irrupción de las nuevas tecnologías (Twitter, Facebook, las redes sociales, los chats…) es el microrrelato. De hecho, tú mismo incluyes algunos de ellos en la serie Microfantasmas de El libro vampiro. ¿Qué tienes que decirnos sobre esta variante narrativa de tanto éxito y popularidad? ¿Consideras al microrrelato como el futuro del cuento o del relato más extenso y convencional?

 

Es cierto, tal vez el auge actual del microrrelato tenga mucho que ver con la maravillosa (o terrible) inmediatez de las nuevas tecnologías, pero también con una sociedad cada vez más apresurada, en la que al parecer no hay tiempo para nada, y menos para leer un buen libro más o menos extenso, con calma y sin prisas. Sin embargo, no hay que olvidar que, si repasas las listas de libros de ficción más vendidos, casi todos los puestos están ocupados por novelas extensas, e incluso por verdaderos “novelones”. En mi opinión, el microrrelato es peligroso, creo que tanto en lo que se refiere a su escritura como en lo concerniente a su lectura. Hay que acercarse a él en pequeñas dosis: leer de un tirón un libro compuesto únicamente de microrrelatos, por muy bueno que sea, empacha, te cansa, te embota la imaginación y la capacidad de asombro o de interés por lo leído. En cuanto a su escritura, también tiene sus peligros: si te descuidas, puedes caer en lo meramente ingenioso, o en lo chistoso, sin ninguna profundidad ni autenticidad literaria. Yo creo que el microrrelato está sufriendo actualmente una especie de moda, una moda pasajera. Con el tiempo, quedarán, como siempre suele ocurrir en estos casos, los microrrelatos verdaderamente y literariamente buenos, más allá de modas y gustos temporales y efímeros. Se seguirán escribiendo, porque es una variante creativa muy interesante, pero nunca sustituirán a los cuentos o relatos más extensos.

 

8.- ¿Te atreverías a ofrecernos ahora, en las menos palabras posibles, un esquema o resumen general de lo que ofreces al lector en este tu último libro, El libro vampiro y otras monstruosidades?

 

Se trata de una colección de relatos, de relatos fantásticos, de terror y de humor negro, generalmente de muy breve extensión, que he ido componiendo a lo largo de los años, y que creo que poseían la suficiente calidad literaria como para ser recogidos y ofrecidos a sus posibles lectores en un libro. En este sentido, tengo que decir que estoy completamente seguro de un hecho muy concreto: en El libro vampiro están muchos de los mejores relatos que he conseguido escribir a lo largo de mi vida y, por otra parte, no está ninguno de los peores. Esto, a priori, no es ninguna garantía de calidad para sus posibles lectores, pero sí, evidentemente, para mí. Por otra parte, aprovecho esta pregunta para agradecer a Abelardo Linares su interés y confianza en mi libro, interés y confianza que le ha llevado a arriesgarse a su edición en un sello editorial tan importante y selecto como el que él regenta: Espuela de plata.

 

9.- El libro vampiro es básicamente, como ya nos has señalado, una obra compuesta por relatos cortos de terror y de humor negro, ¿De dónde sacas las ideas fundamentales para desarrollar ese terror y ese humor negro en tus relatos? ¿De tus propios sueños y pesadillas? ¿De la vida real? ¿De otras referencias literarias o culturales –libros, películas, cómics…-)?

 

Todo vale. La idea básica para la composición de un relato me llega normalmente de pronto, es como una chispa mental súbita e inexplicable, y puede aparecer en cualquier momento: leyendo un libro, viendo una película, observando a la gente y a las cosas. Es algo inesperado y casi mágico. Luego, está el proceso para desarrollar literariamente esa idea embrionaria: ahí es donde interviene el “oficio” de escritor, porque esa idea primaria puede malograrse si no la elaboras bien, si no sabes aprovecharla positivamente en tu escritura. Hay que encontrar el “tono” del cuento, los personajes y situaciones adecuados a ella, etc.

 

10.- Como tú sabes, el esquema “clásico” de composición en la escritura de novelas y relatos (planteamiento-nudo-desenlace) hace ya tiempo que se cuestionó y se rompió por completo. Muchos escritores incluso abominan de él. En relación con tu obra narrativa, ¿te gusta respetar esas reglas clásicas de composición o, por el contrario, te interesa explorar nuevos caminos experimentales?

 

No soy un escritor muy dado a experimentos demasiado arriesgados, y me gusta usar en la elaboración de mis textos ese esquema clásico, convencional, del “planteamiento – nudo – desenlace”. Lo que ocurre es que, dicho de esa manera, da la impresión de que se trata de una estructura rígida, inamovible, y no es así en absoluto. Ese esquema se presta a muchas variaciones, a muchos “juegos técnicos”, es muy flexible y moldeable, y a mí me gusta jugar con todas esas posibilidades y combinaciones. Hoy día, se ha llegado a propugnar incluso el relato sin un argumento definido (el relato “abstracto”, digamos), e incluso podríamos decir que el relato convencional, “figurativo”, está muy devaluado, es verdad. Sin embargo, y en mi opinión personal, creo que no se ha llegado a superar todavía lo que un buen cuento “convencional” puede ofrecer al lector: una idea original y básica, bien desarrollada y con un toque final que de algún modo le sorprenda o impacte. Alguien dijo una vez que, utilizando símiles boxísticos, la novela debe ganar al lector por puntos. El relato, en cambio, por K.O. Para mí, un buen relato es (o debe ser) como una pequeña bomba de relojería, en la que todos sus engranajes y resortes deben estar hábilmente dispuestos para lograr ese impacto final sobre el lector.

 

11.- Tus cuentos y relatos pertenecen a un género literario (el relato corto de terror, o de humor negro) muy enraizado en las tradiciones literarias de otros países y culturas (muy especialmente, en la cultura anglosajona, donde hay verdaderos y reconocidos maestros: Allan Poe, Ambrose Bierce, Saki, Roald Dahl… y tantos otros). ¿Crees que hay algo parecido o más o menos similar a esa tradición en la literatura española?

 

Desde luego, no existe un continuum de esos géneros en la literatura en español, aquí siempre nos hemos decantado más por el realismo, e incluso por el naturalismo más duro y descarnado. Por ejemplo, la novela picaresca. Pero los géneros del fantástico y del terror siempre han aparecido en nuestra literatura, siempre están ahí, de un modo u otro: hay textos fantásticos y de terror a lo largo de toda nuestra historia literaria: las Noches lúgubres de José Cadalso, muchas de las Leyendas de Bécquer, las Narraciones inverosímiles de Pedro Antonio de Alarcón… y muchos más. En la actualidad, la literatura fantástica goza en España y Latinoamérica de un auge incontestable. Sólo un botón de muestra: para mí, el mejor relato de Lovecraft que existe no lo escribió Lovecraft, sino “nuestro” Jorge Luis Borges: There are more things, recogido en su Libro de arena. Con eso está dicho todo.

 

12.- Manolo, ahora una pregunta muy concreta y “filosófica”: escribir, ¿es vivir? ¿O, por el contrario, se trata de una mera sustitución o un simple remedo de la vida “real” y “auténtica”?

 

Sin ningún género de dudas: para mí, escribir es vivir. Y no sólo porque me encuentro realizado vitalmente cuando escribo, sino también porque, de alguna manera, la posición del escritor ante la vida es siempre activa (aunque a veces parezca lo contrario): profundiza en la vida al observarla para extraer de ella ideas para sus textos, personajes, anécdotas, situaciones o sensaciones… y esto creo que le ocurre no solamente al escritor de novela realista, o naturalista, sino también al poeta, o al autor de literatura fantástica o de terror. En la vida está todo. En los libros también, porque los libros son también la vida.

 

13.- Por último, ¿quieres añadir algo más?

 

Tan sólo agradecer a EL TORREJÓN esta entrevista, y expresar mi deseo y mi esperanza de que el “vicio” de adentrarnos y gozar de los libros se extienda cada vez más entre todos nuestros paisanos de San Nicolás del Puerto. En pocas palabras: que todos leamos más. Y esperar también que El libro vampiro y otras monstruosidades encuentre su pequeño hueco entre esas lecturas.

 

Sevilla, Junio 2014