Corría la primavera de 2005 cuando un grupo de especialistas formado en su mayoría por espeleólogos y arqueólogos de la Universidad Central se dirigían en su jeep hacia una sierra del sur de Europa.

       Llevaban en sus mochilas y en sus mentes todo lo necesario para llevar a cabo su difícil misión.  No obstante hablan sido elegidos en una ardua selección, por todas las universidades del planeta.

    Eran las 17,30h., cuando avistaron por primera vez su destino.  Semejaba la entrada de una gran caverna del Cuaternario.  Dispusieron los equipos y se adentraron en la oscuridad más profunda...

    Aún hoy día se desconoce su destino.  Tan sólo quedó como testimonio el flamante jeep en medio de la ladera y un extraño mensaje encontrado en la memoria del equipo de audio del automóvil en el cual se escuchaba la voz del jefe del equipo de investigación: "Dios mío, no puede ser... si llevan desaparecidos más de 35000 años.  Se Dirigen hacía aquí..¡¡No!!

    - Doctor, creo que nos hemos adentrado en la cueva unos 1.800 metros y aún no hemos hallado nada.

    -No hay que impacientarse, seguro que tarde o temprano encontraremos algún indicio.

    De pronto, algo a lo lejos brilló en la oscuridad.  No era posible que a aquella profundidad existiese la menor señal de luminosidad, pero así era.

    Al acercarse se encontraban en una especie de gran sala excavada en la roca.  El piso era lo bastante llano y circular como para que diese la total impresión de encontrarse en un lugar construido por el hombre.  Pero asimismo se notaba que no existía una gran perfección en la talla de la roca.  Eran trazos toscos como hechos por... hachas de roca.

    En la parte frontal de la gran estancia se ubicaba una construcción que semejaba un altar, con tres grandes rocas de ámbar que irradiaban una luz maligna.

    Señores, no sabemos lo que vamos a encontrar.  Ante todo no reaccionen de forma brusca ante cualquier imprevisto.  Los datos recogidos estos últimos cinco años por los sensores de los satélites NASA, demuestran que justo del punto en que nos encontramos en este momento parten vibraciones de origen temporal desconocido.  Y por eso nos encontramos aquí.

    -¡Perdone señor! - gritó el técnico encargado de registrar cualquier anomalía con su sofisticado equipo técnico, De las tres rocas está empezando a surgir algo... ¡¡¡¡Oh no, corran, corran hacia la salida, corran!!!!!

    Esto fue lo último que los profesores escucharon.  Al despertar salieron aturdidos de la caverna pero ... ¿dónde se encontraba el jeep? ¿qué era toda aquella vegetación tan... ¡prehistórica!

    No podía ser...

    - Doctor, ¿qué ha ocurrido?

    - Señores, prepárense para lo peor, A partir de este momento nos adentramos hacia lo desconocido.  Quizá no salgamos con vida de esto, pero recuerden a lo que hemos venido.  Debemos encontrar al gran depredador, el ente que hizo desaparecer a los grandes saurios y estuvo a punto de terminar con la evolución humana para acabar con él usando nuestra tecnología, aunque para ello debamos superar pruebas tan terroríficas que helarían el alma del mismo Lucifer.

    Jamás podría pensar el doctor lo proféticas que podrían resultar sus palabras.  Sólo cuando la mitad de su expedición fue devorada por una especie de tribu caníbal formada por homínidos de aspecto terrorífico o cuando su mejor amigo cayera en la trampa de un grupo de velocírraptors, comprendí que si salía con vida de allí seria a costa de perder parte de su vida... o quizás toda ella.

    Y Dios mío, qué sería esa especie de aullido horripilante que provenía de la cima de la ladera en que se encontraba.  Se le heló la sangre al pensar que debla enfrentarse a aquella horrible criatura antes de emprender su regreso.